Se habla y se escribe mucho acerca de la información masiva ante la que estamos expuestos. Y no es para menos, el siglo 21 ha proporcionado un amplísimo abanico de posibilidades tecnológicas y no parece que tenga freno. Sí, es mas que un hecho, la tecnología de la comunicación domina -en gran parte- la vida de las personas y la velocidad a la que va supera todo tipo de expectativas y vaticinios.
Muchas veces estar rodeados de estímulos, hace que no seamos capaces de fijar la atención en una sola actividad. Sucede sobre todo en los jóvenes, son muy buenos en cambiar el foco de atención rápidamente pero cuando necesitan sostener y mantener la atención de forma prolongada, su mente ya se ha habituado a saltar y a distraerse, con lo cual se ven en serias dificultades para profundizar.
¿Cómo podemos regular el uso de las tecnologías en nuestra vida diaria?
El cerebro se mantiene de manera constante en alerta por la multitud de mensajes que nos invaden todo el tiempo. Facebook, twitter, el correo electrónico, aplicaciones en el móvil, en la pantalla del ordenador, en las calles de cualquier ciudad, en periódicos y revistas… son demasiadas las formas para distraer la mente y alejarnos del trabajo que queremos sacar adelante, el libro que estemos leyendo, el contenido de una materia para un examen, o una simple conversación con un familiar, amigo o incluso con uno mismo. Intervienen de manera casi omnipresente.
Por otro lado, estos artilugios tecnológicos facilitan y ayudan a descubrir nuevas herramientas para el trabajo, el estudio, la ciencia y las relaciones sociales. Ese, es el lado positivo de la era de la información, en un clic se tiene la posibilidad de poder acceder a todo tipo de indagación. Pero cuidado, el problema llega cuando disponemos de todo en cuestión de segundos, el esfuerzo se ve deteriorado notablemente. Es muy simple la proporción: cuanto más alcanzable se tiene todo, menos impulso, empeño y esfuerzo ponemos para poder conseguir nuestro objetivo.
La gratificación de lo que se desea es instantánea en Internet y aparentemente cumple con los anhelos más inmediatos. Pero insistimos, el daño en las cabezas no se ha hecho esperar. Estudios de universidades norteamericanas aseguran que las personas que bucean por internet con asiduidad, han visto mermado su pensamiento crítico. Resulta lógico, que si estamos delante de la pantalla del ordenador con numerosas ventanas abiertas y con diferentes tipos de mensajes, la distracción se dispare y por lo tanto la concentración se escape…
Debemos aprender a manejar las herramientas tecnológicas de la información para aumentar nuestra capacidad de conocimiento. No se puede perder el estudio en profundidad, sino caemos en lecturas superficiales y un aprendizaje nulo.
¿Cómo afecta este sistema a las personas?
Es importante aprender a esquivar las distracciones por el uso invasivo de estas tecnologías. Estas provocan una serie de reacciones en el ser humano: agotamiento, ansiedad, agobio, aturdimiento y saturación mental.
Sucede de manera constante: uno lee dos frases de cualquier tipo de información y se agota, cambia de contenido en el momento. Internet facilita que todo el mundo tenga una opinión, pero no significa que ese criterio sea certero o que ni siquiera sea relevante sobrecarga de información hace que el cerebro se vuelva ineficiente y provoque graves trastornos en la atención. El desafío intelectual consiste en mantener e incrementar la capacidad de concentración y aprendizaje a través del autocontrol del uso de las tecnologías. Uno debe ejercitar la capacidad de discernimiento y se consigue a base de autodisciplina.
Como concentrarse mas
1. Descanso necesario. Cuando trabajemos intenten contabilizar el tiempo, el periodo de descanso entre márgenes de 50 minutos es fundamental para luego retomar el cometido con eficacia alejándose de la pantalla y de internet (en todas sus vertientes).
2. Orden. Realizar un ejercicio de distribución para tu trabajo. No hacer varias actividades al mismo tiempo para evitar las distracciones.
3. Autodisciplina. Vigilar, dosificar el acceso al móvil, a las redes sociales o a la televisión.
4. Recordatorio. Intentar realizar un repaso mental de todo lo que se ha hecho durante el día y reflexionar brevemente, en base, a las tareas de la próxima jornada.
5. Crear hábitos. Es fundamental para centrarse en cada labor u ocupación.Crearse hábitos o rituales de tareas a lo largo del día, establecer la hora de hacer deporte, la hora de la limpieza de la casa, de hacer algún hobby, etc.
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