crisis en grecia causas y consecuencias ¿Cuál es el origen de la situación griega actual?

Según un comité de expertos en materia política y económica, la crisis griega se originó en el año 2002. Sus orígenes se remontan cuando el país griego adoptó la moneda del euro provocando un in incremento de su deuda pública. Así mismo, en el año 2004 la organización de los juegos olímpicos en la ciudad de Atenas obligó a un excesivo endeudamiento y gasto público. Terminó de agravarse con la crisis financiera mundial del año 2008. Sin embargo, la crisis estalló durante el 2009 cuando se dieron a conocer los datos de su deuda pública. La cifra se fijaba en un 113% del producto interior bruto (P.I.B) lo que reveló que los gobiernos griegos enmascararon los datos económicos para ocultar la deuda. En el año 2010 la unión europea prestó más capital a Atenas a pesar de sus irregularidades

En consecuencia Grecia terminó más endeudada si cabe. Durante este año la deuda exterior de Grecia supera los 342.200 millones de euros, lo que representa casi un 180% del P.I.B es decir aumentó la deuda desde el inicio de la crisis.

De hecho, se estima que la economía griega se ha reducido en un 25% desde el inicio de los programas de austeridad, lo que ha acentuado su dependencia en créditos externos.

Y el impacto de las medidas sobre el pueblo griego ha sido brutal: su tasa de desempleo del 26% es la más alta de toda la Unión Europea y entre los jóvenes ya supera el 60%.

Ya son millones los ciudadanos griegos que están viviendo bajo la línea de pobreza.

EL-CREDITO

Como afecta al resto de los países

El miedo a un posible contagio de un default griego no es nuevo.Ya hubo temores similares tras la quiebra del banco de inversión estadounidense Lehman Brothers, en 2008.

En este caso, las consecuencias dependerán de cómo salgan Grecia y Europa de la situación actual.Brasil tiene una elevada inflación y su moneda, el real, roza mínimos en su cotización frente al dólar.

En el corto plazo, la crisis griega puede provocar «una volatilidad mayor en los mercados y aumentar la aversión al riesgo» de los inversores internacionales, explica Carlos Quenan, profesor de Economía de la Universidad de la Sorbona, en París.El dólar se aprecia por su condición de moneda segura y esto provoca una depreciación en las monedas regionales en su cotización frente a la divisa estadounidense.

«En países como Brasil, que ya está sometido a tensiones inflacionistas, puede ser un problema», dice Quenan.

El profesor matiza, sin embargo: «Son movimientos tenues que no tendrán un impacto grave».Otra cosa es el efecto que la crisis griega puede tener no inmediatamente, pero a corto plazo.

Si Grecia deja de pagar y se empieza a plantear una salida de la Eurozona, esto (sumado a otros factores) podría afectar a la dinámica de crecimiento de la zona euro.En este sentido, Quenan destaca el «riesgo de contagio político» a otros países, especialmente España, que celebra elecciones este año. Si la inestabilidad política se suma a la crisis griega, y la economía europea se ve afectada, esto incidirá con toda probabilidad sobre las economías latinoamericanas.»Si hay una recaída en Europa, los países más afectados serán los más dependientes de la venta de materias primas», dice Quenan. La reducción de ingresos por exportaciones puede afectar a Argentina, Ecuador, Chile o Brasil, donde agravaría las dificultades ya existentes por su déficit en la balanza de pagos.

En resumen, como aseguró la presidenta de la Reserva Federal de Estados Unidos, Janet Yellen, la crisis griega tiene un «potencial de alteración de los mercados financieros globales».Pero todo depende de si Grecia y los acreedores logran llegar a un acuerdo in extremis o, al menos, minimizar los daños

grecia

Medidas para salir de la crisis

El primer paquete de ayuda financiera a Grecia fue aprobado por la Unión Europea y el Fondo Monetario Internacional en mayo de 2010.

En ese momento se pusieron a disposición del gobierno griego 110.000 millones de euros (unos US$120.000 millones) para que honrara sus compromisos con sus acreedores, en ese momento en su mayoría bancos privados de la región.Pronto, sin embargo, se hizo evidente que ese monto no sería suficiente, por lo que un segundo rescate elevó la cifra total a 240.000 millones de euros.Y, en ambos casos, como condición para facilitar el dinero se identificaron una serie de medidas de austeridad.

Estas han incluido drásticos recortes del gasto público, mayores impuestos y reformas al sistema de pensiones y el mercado laboral.

Pero el actual gobierno griego, que llegó al poder a inicios de año con una plataforma anti-austeridad, estuvo intentado renegociar algunas de esas condiciones de cara a un nuevo paquete de rescate financiero.

En su momento esto puso en crisis las negociaciones, las que llegaron a interrumpirse momentáneamente.

Pero en este momento Grecia parece dispuesta a aceptar la mayor parte de las condiciones de sus acreedores a cambio de unos 53.500 millones de euros adicionales y una reestructuración de su deuda original.

 ¿Cuál es la situación actual?

El escenario más temido al inicio de la crisis –una cesación de pagos– empezó a hacerse realidad el pasado 30 de junio por la noche, cuando Grecia no hizo efectivos 1.500 millones de euros (US$1.780 millones aproximadamente) adeudados al FMI.

Grecia se convirtió así en el primer país desarrollado en entrar en mora con el FMI. Su impago ha sido el más grande en la historia del organismo multilateral, aunque técnicamente todavía no ha sido declarada en default.

También se venció el programa de ayuda financiera, luego de que el gobierno griego no aceptara la última serie de condiciones de la Troika por considerarla «humillante».

Aunque ya antes el gobierno de Alexis Tsipras había anunciado que dejaría la decisión final en manos de la ciudadanía, para lo que convocó al referendo.La mayoría de los griegos –un 61% de los votantes– rechazó más medidas de austeridad.

Pero para evitar una descapitalización mayor de sus bancos el gobierno tuvo que imponer un «corralito financiero» que limita los retiros bancarios a un máximo de 60 euros diarios.

Y con el dinero a punto de acabarse, Grecia le terminó presentando a sus acreedores un nuevo plan de rescate que contempla la mayoría de las demandas rechazadas por la población.

YAN204 - ATENAS (GRECIA), 22/6/2015.- Manifestantes protestan frente al edificio del Parlamento hoy, lunes 22 de junio de 2015, para exigir que el país continúe en la Eurozona en Atenas (Grecia). Miles de personas se manifestaron hoy en Atenas para pedir al Gobierno que logre un acuerdo con los acreedores que permita al país mantenerse dentro de la eurozona. EFE/SIMELA PANTZARTZI

El gobierno griego

Originalmente, el gobierno griego solicitaba más tiempo para implementar lareforma del sistema de pensiones –una de las principales exigencias de sus acreedores– y pedía mantener excepciones para el cobro del IVA en sus islas, que son uno de los principales destinos turísticos del país.

Pero en su contrapropuesta del jueves 9 de julio, Tsipras terminó aceptando la mayoría de las condiciones de sus acreedores. Aunque también pide más.

Así las cosas, el principal punto de contención en estos momentos parece ser la solicitud de reestructuración de la deuda hecha por Grecia.

Y muchos países también han dado a entender que no confían en la voluntad política del actual gobierno para implementar las reformas que demandan Bruselas y Berlín.

De hecho, para muchos las principales diferencias ya no son tanto técnicas sino políticas.

Antes del referendo algunos acusaban a los principales líderes de la eurozona de querer botar al gobierno de Tsipras para evitar que su postura antiausteridad contagie a otros países del bloque.

Y la voluntad para usar a Grecia como ejemplo para otros parece seguir dominando la negociación.

 

Los griegos votaron

La pregunta sometida a referendo fue tremendamente específica, redactada en un lenguaje bastante técnico, no particularmente fácil de comprender.

«¿Debe ser aceptado el acuerdo propuesto, que fue presentado por la Comisión Europea, el Banco Central Europeo y el Fondo Monetario Internacional en el Eurogrupo del 25.06.2015 y consiste de dos partes, las que constituyen su propuesta unificada?», se leía en la boleta, en la que luego se especificaban los títulos de los documentos en cuestión.

Y luego se ofrecían dos simples opciones: Sí o No.

Los puntos centrales de la propuesta ahora rechazada eran una ampliación de la base del IVA y una reducción drástica del número de personas que pueden optar a un retiro anticipado.

Y los acreedores también demandaban más acciones para reducir la evasión fiscal y acabar con la corrupción.

El gobierno griego, por su parte, sostenía que las demandas específicas de la troika además de poco efectivas eran humillantes y por lo tanto inaceptables.

Y para ellos la cuestión era mucho más simple: si los griegos debían seguir padeciendo más medidas de austeridad o no. Tsipras advirtió además que en caso de victoria del «Sí» respetaría la decisión de los griegos pero no se quedaría para implementar la propuesta del Eurogrupo.

Y la victoria del «No» no impidió la renuncia del ministro de Finanzas, Yanis Varufakis, quien dimitió para facilitar una nueva negociación.Por su parte, los líderes europeos, empezando por Merkel, insistían en que la pregunta era otra, aunque igualmente sencilla.

Afirmaban que lo que los griegos debían decidir era si querían que su país siguiera siendo parte del euro o no.

 

¿Qué podemos esperar en los próximos seis meses?

La UE ha estado trabajando duro para intentar aislar al euro y la eurozona de los problemas de Grecia y de una eventual salida de la moneda común.

 Pero el mismo FMI advirtió que «los riesgos y vulnerabilidades aún no han desaparecido» y es difícil predecir el comportamiento de los mercados si el escenario más temido por todos se hace realidad.

Una posibilidad es que los compradores de bonos de las naciones de la eurozona con más problemas empiecen a exigir pagos más altos para compensar los riesgos de su inversión.

Eso afectaría negativamente a la moneda europea y aumentaría la inestabilidaden países con un peso mayor en la economía global.

Y una Grecia insolvente implicaría importantes pérdidas de dinero para varios países europeos.

 

Además, también está el riesgo de un contagio político.

Efectivamente, si la salida del euro se muestra como una opción viable –e incluso beneficiosa para Grecia– otras naciones podrían verse tentadas a seguir el ejemplo.

Y eso podría poner en riesgo a la misma Unión Europea, que ha puesto a la moneda común en el centro de su proyecto de integración.

La salida del euro podría además forzar la salida de Grecia de la UE.

Pero, como sucede con muchos de los otros escenarios, todo dependerá de la voluntad política e imaginación que muestren los líderes europeos.

 

Fuente: Reuters / BBC Mundo

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