El Cisne Negro (2010)

Como la pintura de Rorschach que decora el lugar en una de las escenas clave de la trama, la película está sujeta a múltiples interpretaciones. Ésta pintura también podría representar la esencia de la obra, en la que la protagonista valida el concepto freudiano de proyección, e inconscientemente atribuye características negativas de su propia personalidad a otros personajes (especialmente Lily y su madre, que se cree que es una creación de su mente). La razón por la que el director hizo la elección de contar la historia desde el punto de vista de la protagonista, es porque quiere dejar en claro a la audiencia que lo que ve o es real o bien podría incluir proyecciones de la mente de una joven con problemas.

Darren Aronofsky concibió el proyecto tras quedar fascinado con «El Doble» de Dostoievski e imaginar una analogía con la trama del ballet «El lago de los cisnes» de Tchaikovsky, que también aborda el concepto de identidad. Las Bailarinas persiguen una perfección imposible de lograr y terminan destruyendo sus cuerpos en este cruel proceso.

Ella (2013)

¿Qué nos hace humanos? La posibilidad de vernos afectados por la compasión y el deseo. El protagonista, interpretado por Joaquin Phoenix, trabaja en la inserción de emociones en el subconsciente, a través de la creación de cartas escritas a mano para  los seres queridos de sus clientes. El futuro parece exquisito a través de dispositivos tecnológicos, pero la realidad es muy parecida a hoy día: personas que se topan en la calle sin mirarse; cuerpos necesitados de calor incluso cuando más cercanos están. La terrible soledad que se experimenta en grupo.

Samantha (Scarlett Johansson), el sistema operativo inteligente de la película con la que Theodore (Joaquin Phoenix) se comunica, es la que personifica el elemento que faltaba en su vida: algo / alguien que se preocupe por él, sólo que no es real, es el resultado de una investigación producto de una base de datos, no necesita oxígeno, pero forma parte del proceso de identificación -el cual Freud consideraba que es «la primera expresión de un vínculo emocional con otra persona». Ésta película cuenta con un personaje interpretado por la genial Amy Adams, quien defiende una de las mejores frases del filme y el hilo conductor de la obra: «Enamorarse es una locura. Es socialmente aceptable como una forma de locura «.

La segunda cara (1966)

En esencia, es una pesadilla de las más temibles. Una respuesta audaz a la eterna pregunta: ¿qué hacer si no se nos ofrece una segunda oportunidad en la vida? El personaje principal de La Segunda Cara teniendo ya más de cincuenta años y dedicado toda su vida a un trabajo agotador, tendrá una oportunidad única para renacer con una nueva identidad. Con la ayuda de la cirugía plástica, el personaje de ésta obra obtiene  una nueva libertad para evitar cometer los mismos errores, pero por supuesto, con un coste de gran tensión psicológica. Rock Hudson, es el encargado de interpretar al personaje después de su renacimiento con un nuevo rostro.
 

El Milagro de Ana Sullivan (1962)

Esta hermosa película cuenta la historia real de una maestra, interpretada por Anne Bancroft, que busca constantemente mostrar la belleza del mundo a una niña ciega y sorda, la joven Helen Keller. El filme cuenta con una impresionante actuación  de Patty Duke, que ya vivía el personaje a su manera, y que con mucha persistencia, logra a través de la trama quitar a la chica de una realidad solitaria y deprimente, llevándola a adaptarse al mundo, y haciéndola capaz de expresarse.
 

Eterno Resplandor de una Mente Sin Recuerdos (2004)

En la antigua Grecia, la cuna de la filosofía, Heráclito afirmó  en sentido figurado que uno «nunca se baña en el mismo río dos veces» aludiendo a que la existencia es un cambio perpetuo, un flujo constante. Parménides de Elea, una de las personas pioneras en el uso de la dialéctica, desafía tal precepto diciendo que el ser es único, eterno, inmutable, inmóvil, infinito. Dividiéndose así el mundo en un panorama, primero sensitivo, que conocemos por los sentidos y por otro lado en el mundo inteligible que no vemos, pero entendemos. John Locke argumentó que la identidad, no se define por características físicas, sino más bien por una repetida autoidentificación. Y todas éstas teorías bañan y debaten en un clásico del cine contemporáneo dotando a la memoria como lo esencial en la construcción del ser. ¿Qué pasaría si el hombre la manipulara con el fin de destruir elementos con los cuales llegó a ser quién es? Podríamos decir entonces que eliminar de la mente aquellos eventos que ayudan a construir la personalidad, ¿afecta la forma del hábitat? Ésta película ronda tal cuestionamiento y dirigida por Michael Gondry, abre este importante debate en el cine, contando la historia de la pareja Joel (Jim Carrey) y Clementine (Kate Winslet).
 

Zelig (1983)

En su genio, la estructura de Woody Allen en esta película, es casi un documental sobre Leonard Zelig, un camaleón social, que sin ningún esfuerzo, es capaz de adoptar características físicas y mentales de cualquier persona con quien se  relacione. Pero lo que realmente fascina del guión es cómo el personaje se adapta socialmente, como cuando habla de la jerga médica junto a los médicos, con pleno conocimiento de la zona. La crítica es precisa, mostrando cómo las personas se conforman al carácter con el fin de complacer y ser aceptados y nos invita a descubrir cuánto de nosotros mismos no es sino un complacer a quienes rodean.
Y tú ¿Ya las viste todas? Cuéntanos cuál añadirías.
Living Psychology, Living Magazine.
Fuente: © Pazes

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